Lluvia de estrellas

Caramelo & Chocolate

Ahhh si!!! Y limón

Se deslizo por su hombro izquierdo el tirante de algodón blanco de su blusa ajustada. Pensó que eran esos ojos que la miraban, que intentaban desnudarle hasta el alma.

Pero la noche era perfecta y no quiso notar lo que pasaba.

El era un tremendo muchacho con los pies en la tierra, y la cabeza quien sabe donde… Sus ojos, sus ojos que competían con las estrellas en una lucha por brillar; la lluvia fresca de un mayo caluroso empezó a bañarles las mejillas, Dios también fue testigo de la pasión que ellos vivían y decidió cooperar.

-Por qué no te importa lo que digo?

Me importa tanto que no me importa lo que te importe.

Uff!!! (suspiraba ella con su ternura angelical, e intento un abrazo…)

Solo dejo caer sus pequeñas manos blancas en la espalda bien formada de aquel hombre, que talvez era el hombre perfecto, indicado y educado, y sobre todo con la magia que ella necesitaba para volar, entre sueños y realidades.

Últimamente siento el latir de tu corazón en mi vientre.

Uyyy, entonces ya no tengo dudas, te lo acabas de tragar con ese beso.

Ella sonrió y bajo la mirada)…

Las horas les volaban por encima y las pequeñas hormigas locales, aprovecharon el dulce que caía de arriba, el desperdicio de aquel derroche, simples migajas que eran más que suficiente para tan pequeños seres, y aquel sabor, umm… no, nunca supieron de donde venia.

Seria difícil describir como el tiempo se les detuvo, como nada, ni nadie los sacaba de aquel éxtasis sagrado que produce el amor apasionado, el amor que no cuestiona, el amor que se ama.

Se les congelaban los pensamientos, incluso las palabras… Pequeñas conversaciones (nada importante), no tanto como lo que guiaba sus manos (descontroladas, perdidas, ansiosas…) .La respiración entrecortada jugueteaba en sus oídos…

Que extraño es el amor, no tiene razón, ni explicación, no tiene tiempo, no tiene excusas… precisamente por esto era difícil concebir la idea de todo aquello, de esas noches mágicas, llenas de locura, entre ellos dos y la noche.

Difícil como explicar porque no se caen las estrellas, pero claro algo hay que les impide el descenso... como humano es mejor conformarse con verlas detenidas, fuera de nuestro alcance…

¿Y que más tenían que decirse si ya estaba hecho todo?, ¿Y que peor que un beso de despedida… no, no por el sabor o la manera en que se de este, era solo el saber que el se iría y la lluvia no cesaría jamás…

Ya es tarde date prisa, (no quería soltarle la mano, ni bajarse de la luna así de golpe, pero era preciso que ambos recordaran el regreso de su esposo.)

Le dio un beso en la frente y se llevo su perfume y su sonrisa.

Nada que decir, mañana seria otro día en el que sin duda ella volvería a confundir que en verdad sentía, que en verdad era aquello del amor…

Y claro lo de siempre regresa,… las preguntas de duda de su esposo, las peleas, los celos, el deseo de volver a la luna, y no precisamente pisarla.

Aquí, allá, lo mismo de ayer… Igual siempre con el… entonces es así como ella se da cuenta de que las cosas no iban tan mal, ella no pretendía convertir el verdadero amor en una horrible monotonía, no quería hacerlo costumbre, no quería cortarle las alas, el joven soñador no lo entendió, ni su marido, ni nadie… quizás también a ella le cuesto entender las jugadas de la vida y sobre todo las del amor.

El que a su lado estaba, el que le impedía que se estrellaran las estrellas en su alma, simplemente al que ella pretendió entregarle su aliento, sus fuerzas… era suficiente, era su compañía, el quedaba siendo la prueba palpable de que el amor significa, y fue su amigo, y la quiso amar, pero no…ya su alma volaba con otro, volaba con aquel que se limitaba a ver las estrellas y a dejarlas acariciarle la piel a la mujer que amaba…